Cuando pienso en remodelar un baño con un estilo clásico, me surge la pregunta sobre qué material elegir, ¿cuarzo o granito? Ambos ofrecen ventajas únicas, pero la elección depende de factores específicos.
El cuarzo es conocido por su durabilidad. A menudo, se prefiere en espacios donde la uniformidad y la resistencia son clave. Algunas de sus principales características incluyen una resistencia a las manchas y rayaduras excepcionalmente alta. No es por casualidad que en encimeras de baños y cocinas, el cuarzo tenga una cuota de mercado del 31% en Estados Unidos, según un informe de la Asociación Nacional de Fabricantes de Superficies Sólidas.
Por otro lado, el granito ofrece una estética más natural. Cada pieza es única, proporcionando un distintivo aspecto que muchos consideran elegante y sofisticado para un baño clásico. Aunque el costo del granito puede variar, generalmente oscila entre 50 y 200 euros por metro cuadrado, dependiendo del tipo y la calidad elegida. Este gasto puede ser una inversión valiosa si se busca un efecto más natural.
La instalación de encimeras de cuarzo suele ser más sencilla. ¿Por qué? Porque el cuarzo es un material más uniforme y predecible en términos de calibración y ajuste. Fabricantes como Caesarstone ofrecen hojas de cuarzo en tamaños estandarizados, facilitando el proceso para los instaladores.
En comparación, el granito puede requerir más cuidado en la instalación. Su peso por metro cuadrado puede llegar a ser un 25% mayor que el del cuarzo, lo que podría aumentar los costos en mano de obra y transporte. Sin embargo, quienes aprecian las variaciones naturales del color y el patrón del granito valoran esta inversión.
La resistencia a los impactos es otro aspecto a considerar. En caso de caídas accidentales de objetos pesados, el granito puede resistir mejor gracias a su estructura cristalina. Sin embargo, para aquellos que priorizan la uniformidad de color o buscan evitar el mantenimiento constante, el cuarzo se lleva la delantera por su resistencia a manchas.
¿Hay diferencias de mantenimiento entre ambos materiales? Definitivamente. El granito requiere ser sellado periódicamente para mantener su resistencia a las manchas y al agua, un factor a no olvidar en ambientes húmedos como los baños. El mantenimiento del cuarzo, en cambio, es mínimo. Esto se debe a que se fabrica con una composición que es en un 90% mineral natural, combinado con resinas y pigmentos para conferir dureza y color uniforme. Esta composición sintética evita la necesidad de sellar la superficie, ofreciendo una opción más libre de preocupaciones para quienes buscan practicidad.
En términos de estilo, ambos pueden funcionar muy bien en un baño clásico si se equilibran con otros elementos, como el color de las paredes, los grifos y accesorios. Sin embargo, el granito puede ser la opción perfecta para quienes desean un toque de lujo natural y artesano.
Recuerda que al final, la elección entre cuarzo y granito también puede depender de otros factores personales, como el presupuesto total del proyecto y los gustos individuales. La durabilidad y el estilo son aspectos clave que podrían guiar esta decisión.